“Las historias que creen que merecen ser contadas suelen pelearse entre si. Incluso -o sobre todo- las que nacen juntas. Cosas de hermanas: se dan codazos ante la puerta entreabierta para pasar primero, se hacen se hacen zancadillas para entorpecerse mutuamente. Eso es lo que me pasó desde el principio con estas historias de bañeros”.