Hay casi un millón de personas que trabajan actualmente en espacios de coworking en todo el mundo. Esta cifra es muy alta si consideramos que los espacios de Coworking tienen poco más de cuatro años.
Un punto importante es que los Millennials son la generación más grande en la fuerza laboral actual, lo que implica en cierta forma ser los responsables de este cambio.
Ninguna generación anterior tuvo tanto acceso a la tecnología que abrió un mundo de posibilidades que, creo, causó un cambio radical en la forma de trabajar.
6 valores positivos de los millennials
Creo que hay seis valores positivos asociados universalmente a los millennials y muy emparentados con el coworking:
1. Son una generación startup
Salen de la universidad buscando un trabajo en alguna de las industrias creativas o tecnológicas, o bien en una empresa emergente, o incluso comenzando sus propias empresas. El panorama laboral cambió radicalmente en 2008 y, como resultado, hoy más del 30% de la fuerza laboral global es cuentapropista o freelance.
Asumen riesgos y creen en el poder del fracaso y en los aprendizajes que el fracaso deja.
Para nuestra generación los ídolos eran Jimi Hendrix o John Lennon. Para muchos de los millennials sus ídolos son Steve Jobs, Mark Zuckerberg o Elon Musk, y eso ha afectado la forma de trabajar.
Esta generación busca lugares de trabajo innovadores y con un espíritu similar al de las oficinas de Google o Twitter donde el espacio de trabajo tiene salas de juegos, cerveza artesanal y, además, sustentable.
2. Son los refundadores de la economía del intercambio.
Los recursos compartidos se han convertido casi en el ADN de los millennials. En parte porque han sufrido la recesión de la década pasada y se encontraron en un universo laboral hostil y difícil. Son cautelosos y como generación han postergado las grandes decisiones de forma algo indefinida.
Nosotros queríamos ser propietarios y ellos sólo quieren acceder. Nuestro primer automóvil era una obsesión y para ellos no. Esta forma de pensar los lleva a buscar una economía colaborativa de consumo y de trabajo. Por ejemplo, hay 12 empresas emergentes que se han convertido en unicornio ofreciendo transporte, alojamiento y espacios de trabajo compartidos.
3. Miden la vida en experiencias.
Es una generación que mide la felicidad no en las posesiones sino en las emociones y experiencias vividas. Esas experiencias incluyen viajes, conciertos, eventos culturales y festivales. Este cambio llevó a que las empresas se centren en la creación de experiencias memorables para los empleados para que estos acepten a las compañías de las que forman parte. Con esta premisa el lugar de trabajo en sí mismo debe ser una experiencia diaria en la que se formen algunos de sus mejores recuerdos.
4. Ansían comunidad
Es la generación más interconectada de la historia. Comparten sus intereses y sus valores a diario en las comunidades en línea y fuera de ella. Este compromiso con estas comunidades tiene el poder de hacer que algo se vuelva viral.
Si bien se piensa que debido a la tecnología y a la posibilidad de trabajar desde cualquier lugar, el lugar de trabajo es cada vez menos necesario, es, sin embargo, distinto para ellos. Es un lugar menos necesario para trabajar, pero más necesario como lugar para colaborar y compartir, para ser parte de una comunidad física. Antes esa comunidad, tan necesaria, era el barrio o colonia, el club, o los templos religiosos. Los millennials son menos religiosos y más transitorios.
5. Son la generación del yo.
Los relojes inteligentes permiten llevar métricas de casi todo. Algunos de ellos llevan métricas de pasos caminados; otros de nuevos entrenamientos; otros de calorías consumidas; otros de relajación; otros de aprendizaje de idioma, etcétera.
Los llaman perezosos pero si algo los motiva se vuelven incansables. Son más inflexibles con respecto a la mejora personal. En superación personal gastan el doble que los Baby Boomers pese a que sus ingresos son la mitad. Quizás por eso valoren los espacios de trabajo que incorporan tecnologías inteligentes que maximizan la productividad y, además, les permita acceder a una clase de meditación, una clase de UX o un taller de origami. El lugar de trabajo debe ofrecerles oportunidades constantes de desarrollar nuevas habilidades y seguir aprendiendo.
6. Son progresistas.
Es una generación que no acepta tanto el status quo. Quizás aquí esté la respuesta a que un lugar de trabajo debe ofrecerles mucho más que un simple escritorio y un salón comedor en común. Los espacios de coworking tienen salones de clase, auditorios donde asisten líderes a contar su experiencia, laboratorios de tecnología inmersiva, clases de yoga y meditación, muros para escribir, estaciones de hidratación, guarderías infantiles y espacios verdes con riego automático para que poder estar conectados con la naturaleza mientras trabajan. El espacio de trabajo pasó a ser un espacio de hospitalidad.
Si tenemos en cuenta que la oficina se inventó a fines del siglo XIX, y hasta ahora no sufrió grandes cambios, podemos considerar que el lugar de trabajo continuará evolucionando para satisfacer las necesidades cambiantes de los millennials y los centennials.